La medida cae como una fuerte zamaqueada a las inicuas pretensiones que se entretejen en los pasillos de las municipalidades de Cieneguilla, San Martín de Porres y el Ministerio de Salud, pues de qué otro modo podemos llamar al hecho de incinerar documentos oficiales o hacerse de la vista gorda ante su extraña pero conveniente desaparición.
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